NUESTRA HISTORIA
La Fundación Dolores Sopeña es una Institución privada internacional sin ánimo de lucro, de inspiración católica y con una clara finalidad social: favorecer el crecimiento integral y mejorar las condiciones de vida de las personas.
Fue constituida en España en el año 1902 y sus centros se extendieron rápidamente por todo el país y algunas ciudades europeas.
En 1932, la Fundación llegó a Guayaquil abriendo su primer Centro de Capacitación y Formación al año siguiente, ofreciendo cursos orientados a la formación en oficios técnicos y artesanales. En siguientes años, abre en Quito y otras ciudades ecuatorianas.
En 2000, el Ministerio de Educación reconoce a los Centros de la Fundación “Obra Social y Cultural Sopeña” (OSCUS), como Centros de Capacitación Ocupacional y refrenda los diplomas en varias áreas.
En 2016, OSCUS pasa a denominarse Fundación Dolores Sopeña, en honor a su fundadora, y gran parte de los cursos cuentan con una doble certificación, una por parte de la Fundación Dolores Sopeña y, otra, por la Secretaría Técnica del Sistema Nacional de Cualificaciones Profesionales, dependiente del Ministerio de Trabajo.
MISIÓN
Una misión orientada al CRECIMIENTO Y LA IGUALDAD
Favorecer el crecimiento personal integral de jóvenes y adultos de sectores que han tenido menos oportunidades. Fomentar la fraternidad y la solidaridad para ayudar a que la sociedad sea cada día más justa.
VISIÓN
En dos palabras: FORMACIÓN y PROFESIONALIDAD.
Dar respuesta a las necesidades de la sociedad, especialmente de los sectores más vulnerables y trabajar en red con otras instituciones para que, de manera integral, aportemos lo específico de nuestra identidad carismática, con servicios dirigidos a la formación, capacitación y el acompañamiento personalizado. Colaborar en la construcción de un mundo basado en el respeto a la Creación, que asegure una vida digna a todas las personas.
NUESTROS VALORES
ACOGIDA
RESPETO
SALIR AL ENCUENTRO
PROMOCIÓN
SOLIDARIDAD
FRATERNIDAD
NUESTRA FUNDADORA
Dolores Sopeña (1848-1918) es una de esas personas excepcionales que llegan al mundo para hacer de él un lugar mejor. Su dedicación a los demás, especialmente a la familia trabajadora, sigue viva hoy en los numerosos Centros Sopeña que existen en España y en el mundo y su historia, ejemplar, nos invita a encontrar con ella la oportunidad de superarnos.